2007/06/06

Lesiones producidas por el frío


Las lesiones que produce el frío, por lo general, no se manifiestan, ni siquiera en climas extremadamente fríos, si la piel, los dedos de manos y pies, las orejas y la nariz están bien protegidos y no quedan expuestos al aire durante mucho tiempo. Cuando la exposición es más prolongada, el organismo automáticamente estrecha los pequeños vasos sanguíneos de la piel de los dedos de las manos y los pies, las orejas y la nariz para dirigir más sangre a los órganos vitales como el corazón y el cerebro. Sin embargo, esta medida de autoprotección tiene un precio: como estas partes del cuerpo reciben menos sangre caliente, se enfrían con más rapidez.

Evitar una lesión producida por el frío es sencillo: hay que saber dónde está el peligro y prepararse. Las prendas de vestir (preferiblemente de lana) o los abrigos con capucha rellenos de plumas o fibra sintética, además de proteger contra el viento constituyen la vestimenta ideal incluso en las condiciones más duras. Como por la cabeza se pierde gran cantidad de calor, es fundamental contar con un sombrero que abrigue. También es conveniente comer y beber lo suficiente.

Las lesiones provocadas por el frío comprenden la hipotermia, trastorno en el que todo el cuerpo se enfría alcanzando temperaturas potencialmente peligrosas, el congelamiento parcial, es decir, cuando partes del cuerpo resultan dañadas superficialmente, y el congelamiento, en el que algunos tejidos corporales quedan completamente destruidos. La excesiva exposición al frío también provoca sabañones y pie de inmersión.

Hipotermia
La hipotermia es una temperatura corporal anormalmente baja.
Los ancianos o los muy jóvenes son los más vulnerables. Están particularmente expuestos los que viven solos y permanecen sentados durante horas o días en un ambiente frío, pues lentamente comienzan a sentir confusión y debilidad. La mitad de los ancianos que padecen hipotermia muere antes o poco después de haber sido encontrados. De todos modos, ni siquiera las personas jóvenes, fuertes y sanas son inmunes a la hipotermia.

Causas
La hipotermia se produce cuando el cuerpo pierde calor más rápidamente de lo que tarda en quemar energía para reponerlo. El aire frío o el viento pueden hacer perder el calor del cuerpo por convección. El permanecer sentado o inmóvil durante bastante tiempo sobre el suelo frío o una superficie metálica, o bien con la ropa mojada, hace que el calor del cuerpo pase a la superficie más fría por conducción. El calor puede perderse a través de la piel expuesta, especialmente de la cabeza, a través de la radiación y la evaporación del sudor.

La hipotermia suele producirse cuando una persona se encuentra inmersa en agua fría (cuanto más fría , más rápido se produce la hipotermia). El inicio de la hipotermia puede pasar inadvertido fácilmente durante un largo período de inmersión en agua que no parece demasiado fría, pero que sin embargo está sustrayendo calor al cuerpo. Es importante reconocer el peligro de una inmersión en agua helada, aunque sea durante pocos minutos, o más tiempo en un agua más templada, especialmente porque la víctima a menudo suele desorientarse.

Síntomas
El comienzo de la hipotermia suele ser tan gradual y sutil que tanto la víctima como los demás no perciben lo que está sucediendo. El movimiento se vuelve lento y torpe, el tiempo de reacción es más lento, la mente se nubla, la persona no piensa con claridad y tiene alucinaciones. Quien sufre hipotermia puede caerse, caminar sin destino fijo o simplemente recostarse para descansar y quizás morir. Si la persona se encuentra en el agua, se mueve con dificultad, poco después se rinde y finalmente, se ahoga.

Tratamiento
En las primeras fases, ponerse ropa seca y cálida, tomar bebidas calientes o acurrucarse en un saco de dormir con un compañero puede contribuir a que la persona se recupere. Si ésta se encuentra inconsciente, hay que evitar que siga perdiendo calor, se la debe envolver en una manta seca y abrigada y, en la medida de lo posible, llevarla a un lugar cálido mientras se prepara su traslado a un hospital. A menudo no se le encuentra el pulso ni se oyen sus latidos cardíacos. La víctima debe ser movilizada con suavidad porque un golpe brusco podría producirle un ritmo cardíaco irregular (arritmia) que podría resultar mortal. Por este motivo no se recomienda recurrir a la reanimación cardiopulmonar fuera de un hospital, a menos que la víctima haya estado inmersa en agua fría y esté inconsciente. Como el riesgo de que una víctima inconsciente muera es alto, éstas deberían ser tratadas y controladas en un hospital. Las víctimas de hipotermia no deberían ser consideradas muertas hasta que hayan alcanzado una temperatura normal y, a pesar de ello, no presenten signos de vida.

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